La magia detrás de la cocina
-Una reflexión para aquellas personas que gustan de cocinar-
Hay gente que se desestresa haciendo ejercicio. Otra que encuentra paz meditando. Y algunos otros, encontramos ese sentimiento en la cocina.
¿Por qué? Quizás los aromas, quizás los sonidos, quizás los sabores.
Algo mágico hay en picar, deshuesar, calentar, decorar, que a ciertas personas nos hace desconectarnos de todo lo demás. La concentración que se requiere para crear un platillo nos transporta a un estado de elevación distinto donde somos uno con los cuchillos, con las ollas, con el fuego.
Nuestras manos al tacto de la harina, nuestra nariz cuando las primeras notas de ajo y mantequilla aparecen, nuestra expectativa cuando alguien prueba el primer bocado de aquello que hemos creado de la nada...¿a qué puede compararse?
Quizás nos transportamos a las manos de aquellas mujeres y hombres que heredaron las recetas que hoy trabajamos, innovamos, o erramos. Quizás es la satisfacción de poder saciar el hambre de otros. Quizás es esa creatividad infinita que la cocina nos permite vivir, transformando un pequeño ingrediente en un baile para las papilas, en un cuadro de museo para los ojos, en un campo de especias para la nariz.

¿Qué tiene la cocina que la vuelve un lugar tan íntimo, tan único, tan místico? Será que en verdad las emociones de quien cocina se reflejan en los alimentos, como decía Laura Esquivel en Como agua para chocolate...o será que el dicho tiene la boca llena de razón y a panza llena corazón contento... será que donde está la estufa está el corazón de un hogar, y alrededor de una mesa se viven alegrías, reencuentros y decepciones...
Y para ti, ¿qué es cocinar?