¿Chicharrón? ¡sí, pero de chile!
Como buen mexicano, como buena mexicana, seguramente tendrás una relación de amor con el chile en todas sus presentaciones....en salsas, como platillo principal, como guarnición o como ingrediente secreto para darle un sabor único a tus recetas.
Si es así, probablemente ya habrás probado también el chicharrón de chile, que tan de moda se ha puesto a lo largo de México y es un must para acompañar todo: quesadillas, tostadas, guisos...¡hasta el sushi!
¿Cuál es el problema? Que para lograr un buen chicharrón de chile, necesitas calentar el aceite a altas temperaturas, y la mayoría se vuelven tóxicos rápidamente. Pero, te tenemos buenas noticias, ya que el aceite de aguacate, el producto estrella de Commons, es el aceite con el punto de humo más alto. Es decir que lo puedes calentar sin que genere toxicidad tan rápido como el resto.
Y con este aliado clave, el día de hoy te traemos los pasos para que hagas tus propios chicharrones de chile y complementes tus desayunos, comidas y cenas, al estilo más mexicano, el picoso.

Ingredientes:
-El chile de tu preferencia: caribeño (5 chiles), húngaro (3 chiles), serrano (8 chiles)...
-Aceite de aguacate Commons
-Sal al gusto
Instrucciones:
1.Rebana los chiles en rodajas delgadas, déjales las semillas
2.En una cacerola u olla, vierte una cantidad abundante de aceite de aguacate
3.Coloca los chiles en el fuego, agrega sal al gusto y tapa
4.Cada 5 minutos menea un poco el contenido de la cacerola, hasta que veas que los chiles se tornen negros
5.Retira del fuego, quita el exceso de aceite con una servilleta y almacena
Ya que estén fríos puedes almacenarlos en el refrigerador.
Si quieres otra forma original de usarlos, puedes machacarlos para convertirlos en una especie de sal, y ponerlo como condimento extra en lo que cocines.
Extra tip: ¡no tires el aceite restante! Te invitamos a leer nuestro blog sobre ideas para reciclarlo o deshacerse de él de manera responsable.
Lo único malo de esta receta -y lo decimos por experiencia-es que estos chilitos causan una adicción terrible. ¡Qué conste que advertimos!